Por Francisco Bermúdez Guerra[1]
Tengo
que confesar que esta película de 2003 me gustó mucho. Une dos temas que me
llaman poderosamente la atención: los samuráis y la historia del Japón. Sin
embargo, se trata de un filme no histórico, de una ficción, basado en ciertos
hechos reales. En este caso, la película narra los hechos, mediante los cuales,
un capitán del ejército norteamericano viaja al país del sol naciente para
asesorar a la milicia del emperador. Este papel lo interpreta Tom Cruise. Y
digo que la película no es histórica, porque al parecer no está basada en
circunstancias reales. La decadencia de los samuráis en el Siglo XIX, su
desaparición, y el proceso de modernización del Japón son hechos verídicos,
pero la historia del capitán norteamericano y su complicidad con estos
guerreros míticos no es del todo cierta.
Tom Cruise es uno de los actores más famosos del Hollywood, ingresó al mundo del estrellato gracias a la película “Top Gun”. En esta cinta, los pilotos de combate de la marina de Estados Unidos sirven como excusa para contar una historia heroica, sentimental, y muy nacionalista. Tom Cruise se hizo célebre por esta producción. El actor llegó a convertirse en un ícono del cine de los años 80s.
En
“El último samurái” interpreta a Nathan Algren, un capitán del ejército
agobiado por recuerdos del pasado, en especial, por los recuerdos de su lucha
contra los indios de Estados Unidos. Algren cae en el alcoholismo y la
autodestrucción. De pronto, recibe una tentadora oferta: asesorar a las
milicias del ejército imperial del Japón. Algren viaja al Japón para llevar a
cabo este encargo, sin embargo, sucede algo inesperado en una batalla contra
los míticos samuráis. Algren es hecho prisionero por parte de estos guerreros.
Con el paso del tiempo se hace amigo de estos.
Algunas
personas dicen que esta cinta es muy parecida a otro filme llamado “Danza con
lobos” del director y actor Kevin Costner. Dicen que la trama es muy similar.
La verdad es que “El último samurái” no es la mejor película de Tom Cruise, sin
embargo, trata varios temas interesantes: la cultura japonesa, la filosofía de
los antiguos samuráis, el zen, y el modo oriental de ver la vida. Desde este
punto de vista, la película es muy llamativa. Para los puristas del cine, los cinéfilos
a ultranza, la producción no es un clásico, incluso pasó sin pena ni gloria por
los teatros de Estados Unidos y de Europa, aunque recibió varias nominaciones a
los Oscar.
El
papel del jefe de los samuráis, quien se hace amigo del capitán Algren, es
interpretado por Ken Watanabe. A este actor lo hemos visto en varias cintas,
pero la más conocida es “Letters from Iwo Jima”. Watanabe debe encarnar al líder
de los samuráis, y creo que lo hace muy bien. La carga emocional de la cinta
está en los hombros de Cruise y de este actor. Sin lugar a dudas Watanabe tiene
una imagen muy marcial, y su actuación es creíble, de hecho le valió una
nominación a los Oscar como mejor actor de reparto.
El
desenlace de la película es heroico y moral, deja una enseñanza, como lo hacen
los cuentos orientales. Nathan Algren al principio es un ser degenerado y
ambicioso, al transcurrir el tiempo sufre un proceso de transformación, ayudado
por los samuráis. En cambio, el asesor del emperador es un hombre materialista
sin honor y sin valores. Los dos arquetipos son presentados en la película al
estilo oriental. Obviamente, Algren es el héroe, el que tiene honor; de otro
lado, el asesor del emperador, Omura, es el inmoral, el malo.
Otra
crítica que he escuchado sobre película es el ánimo americanista de la cinta.
Me explico, poner a Tom Cruise con una armadura de samurái llevó a muchos
críticos a decir que los gringos siempre quieren apropiarse de todo, y que en
este caso, quisieron apropiarse de la figura de los samuráis para sí mismos. Yo
no lo veo de esa forma, sin embargo, me parece cómico que Tom Cruise haya
interpretado el rol de un guerrero tradicional japonés, o por lo menos, de un
proyecto de samurái.
“El
último samurái” tiene varios puntos a su favor: su moraleja, su aparente
historicidad (si es que así se dice), y su alusión al viejo Japón. Tiene otros
puntos en contra: caer en el cliché del héroe gringo, la falta de rigor
temporal (según algunos), y no presentar una trama más compleja (demasiado
edulcorada para varios gustos).
Para
finalizar, una anécdota. La cinta se filmó en Nueva Zelanda, y en California.
¿Qué pasó con el Japón? ¿Por qué no filmaron allí directamente? No sabemos,
habrá que preguntarle a los productores.
…
[1]
Escritor colombiano. Profesor universitario. Autor de varios blogs (cine,
literatura, cuentos, historia, filantropía, opinión). http://fbermudez1.blogspot.com , http://fbermudezg.wix.com/novelas
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